Siento ese nudo en el estomago de que todo es maravilloso, como cuando te enamoras... pero al poco tiempo se convierte en una sensación desconocida, donde encuentro un montón de razones por las cuales ya no volver y no veo y no siento que haya razones por las cuales deba volver a pisar estas tierras que por 18 años llevé en mí.
Llevar una última prosa que espera de nuevo, a diario, es una carga con la que mi cuerpo entero ya no puede más y no lo hará más.
Amarte el tiempo necesario y dejarte plasmado en la brisa de este cálido clima será lo primero que olvide, será lo primero que pida al no regresar.

Me ausentaré todas las noches, para que al menos así, como Aristimuño dijo, no duela más.

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