Redención

He salido del abismo. No hay miedos, ni leyes, ni rencor, ni tristeza, ni felicidad, ni monotonía. 
Dedico mi inicio a la bondad que dejó en mí, mi heroína, mi amiga, mi inspiración al anhelo de vivir cualquier situación. Disfrutar un enojo, disfrutar una lágrima, el progreso de luto que sucede en mi cabeza. Disfrutar la inspiración de mi amigo que se ha ido el domingo y la fortaleza que se ha ido el lunes. Ambos, campeones mundiales de la vida. 

Si la vida se midiera en calidad y no en tiempo, puedo decir que Miles y Abbi vivieron más de cien años.

Sos Puto

Yo no te quiero.  Sos un puto.

Puto que va de lejos, 
que camina arrinconando
aquellos días 
que fueron lo que fueron.

Sos un puto,
que viene de cerca
que toma entre palmas
la virtud de una noche opaca.

Yo no te quiero,
sos un puto. 
Sos un puto en la madrugada,
sos un puto en la tarde,
sos un puto en la noche.

Yo no te quiero.
No.
Llegué.

Texas es grande. Gasté uno, dos, quizás veinte dólares en mi galantería. Que las vacas solo consuman pasto no quiere decir que los toros muden a bisontes.

La noche ausente, con la preterición presente
ha hablado:

"No eres lo que es como lo es el dharma para Kerouac,
no eres lo que es como lo es el daño para Tolstoy, largo.
Largo a un lugar difunto de tristezas y vivo de venturas.
Si evocas al hombre, ámalo y liberalo; ámalo y ámate"

Dormí en un hotel opulente, desdeñando mi suerte. Busqué consuelo en llanto y desprecio en mi persona. No hay réplica en manías, los desvaríos son el vómito de una cucaracha asqueada por el contacto humano.

Decían que existía un rumbo adecuado para los individuos perdidos; no estaban conscientes que el rumbo ajeno se torna arduo cuando el frío, indiferente, acaricia la piel. Decían que es solo un cambio, una pericia; pero... ¿Cuándo se va a permitir acabar el cuestionamiento? ¿cuándo parará la pregunta de ser pregunta? Mis pies caminan en dirección ausente, no existe sentido alguno en ellos. Duele pasar por rocas, lastima pasar por fuego, cansa ir en subida y caer en bajada. Decían que teníamos potencial, que podíamos creer; no pensaron en que en la existencia de vivir también se puede desear desaparecer.