¿Qué cabe en el tiempo que se ha transcurrido?

¿Memorias? ¿Soluciones? ¿Olvidos?
A veces no hay algo especial que me lleve a tomar el más remoto interés hacia lo que me has compartido, o me has dado. A veces, no tiene ningún sentido respirar mientras hablas o escribes; no tiene ningún sentido respirar mientras esperas o piensan. A veces, es mejor caer al río, lago o mar y dejarte ahogar por el tiempo.

¿Recuerdas cuando teníamos doce años? No quería conocer a nadie. No existía en primero de secundaria, no quería. Y aún así, el chico del salón de en frente le enviaba chocolates, diciéndole que lo quería sin conocerlo. Y aún así, quería formar parte de los que se iban y volvían, de los que respondían y callaban, de los que volaban y corrían.

Quería sentirme de dieciséis, tener cabello verde o azul o morado. Quería querer y amar, y a la vez, quería ser nada alrededor de quienes importaban.

¿Qué cabe en el tiempo que se ha transcurrido? Pregunto.


Autorretrato


Dime que no existo. Dime que de aquí al cielo todo vuelve a una coincidencia atmosférica entre una irrealidad. 
Tienes un rasguño en tu ojo izquierdo, el mío se encuentra en el derecho; somos todo lo contrario, todo lo adversario. Ni perdón, ni recuerdo. Ni dolor, ni premio.
Somos un reflejo de un amor desnutrido, mírate. Mírate bien.

Nuestro pulgares encajan como un anillo al dedo; juntos con nuestra esbelta mano formamos un puño y quebramos nuestra reverberación. ¿Quiénes somos para entendernos? ¿Quiénes somos para destruirnos?¿Quiénes somos para huir de lo que no se puede huir? 

Yo soy tu derecha, a veces tu izquierda y así sucede en viceversa. Nuestra voluntad no es lastimar sino emprender la búsqueda del hallazgo a una dicha persistente, cosa que podría efectuarse si no permaneciésemos observando nuestros ojos color marrón; esos que te dicen que estás mal, que no deberías, que desvanezcas.

Levanta los vidrios de tu reflejo y reconstrúyelo, mírate de nuevo. Mírate bien. Una vez reconstruida, sella las grietas con oro, porque es el sofocante recuerdo del constante cambio de una irrealidad a una realidad.        

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¿Seremos capaces de volar al olvido?

Ven, aqui te espero...

Garganta Enferma

Me he suicidado en tu cumpleaños, cariño mío. O al menos es lo que mi mente ha pensado. 

¿Sabes? Sabes muchas cosas, efectivamente. El cuestionamiento de la búsqueda particular de una felicidad homogena y proporcional siempre resulta en un resfrío emocional o si bien se puede decir en un bisonte mal herido, sin fuerzas y sin naturaleza. La humanidad tiene miedo a un después, a una visión más allá que un corazón latiendo, tiene miedo a lo extraño y extranjero del ojo humano, no confronta riesgos más allá del trance y limita la búsqueda de esas mentes externas.
Todos son como aquellos individuos ególatras y petulantes; me recuerdan a sus deseos de verme afligida y jorobarme hacia la postración (y e aquí la ironía sobre la egolatría y la petulancia). 
Me recuerdan a cuando escribí una pequeña nota en mi post-it amarillo: “No tengan tanta presencia, ustedes no son mis razones para pensar en el suicidio”. 
Cada uno de ustedes me recuerdan un día en el cerro de la Cruz, con mucho viento, imaginando alegría; me recuerdan a las palabras, acciones, momentos, decisiones, molestias, pérdidas, felicidades que aún no me he perdonado. 
Si hablásemos en plural, todos te anotan por una individua majareta, pero si hablásemos en singular, existiría el hallazgo de la percepción.

Que la Vida Me Perdone Los Acentos, Es Teclado Norteamericano

Mi padre me pidió ir a comprar un boleto de lotería. Había en juego cuarenta millones de dólares, CUARENTA. No me gusta la lotería porque siempre dicen la verdad: es más probable que te electrocutes a que ganes. 
Me gustaba pensar en que era posible ganarla, que podría tener éxito en esa suerte tan desafortunada, esa que jamás he tenido tan presente. 

Imaginaba tantas cosas, podría pagar de contado mi universidad, comprar algunas cuantas propiedades en Europa... reí un poco y di saltitos mientras pensaba "vaya, podría comprar amor".

Así iba, con mi pequeño ticket de lotería, pensándola, imaginándola a lo baboso. Caminando por el pasillo de la escuela llegue a calcular cuánto gastaría en producir mi primer largometraje sobre un niño que se enamora de su propia soledad y solo lo comparte con su gato drogadicto imaginario, ustedes saben algo así como tener el perro de Wilfred (sí, el de Elijah Wood) en la cabeza de un niño de trece años.

Como sea, imaginaba muchas cosas, mientras evadía caminar por donde se encontraban los chavos Green Peace, bola de pendejos que no más piden dinero y no saben ni a donde van sus fondos. 
Imaginaba que ya no tendría que hacer mucho, quizás solo visitar a mi familia, o que ya no tendría que pasar por obstáculos, esfuerzos, derrotas, victorias, locuras, etc, etc.

Cuando llegué a la tienda donde compre ese pequeño ticket de lotería, escanée  el código de barras y la intriga empezó.
La respuesta tardó en salir y espero, y espero y espero. 

Y de repente....
He ganado cuarenta millones de dólares, CUARENTA.

No me desmayé. Porque en realidad no es cierto, no gané. Solo lo imaginé. 

En realidad solo mencionó:

No eres un ganador.


Y así, el pequeño ticket de lotería me recordó que:

No soy una ganadora.
No soy una.
No soy.
No. 
.


Pero mañana, tal vez...
"Sé más empática, trata bien a todos mientras estés aquí, cómo eres mamona, qué sangrona, estás diferente, más alejada." 

Estoy lejos. Muy lejos de no querer lo que debería. Que alguien me proteja de lo que quiero. Que alguien pare este agujero negro que absorve mis motivaciones.

Go Ahead, Take It To a Dialogue Point

As a human being, is an odd feeling to be empty and know you are not really looking to fill that feeling up. Is there like a brain liquid you can inject to stop it? 
I have everything, but still I don't know what I'm missing. 
I'm grateful with my life. I'am. I'm lucky and with a lot of amazing opportunities to be outstanding and sometimes I believe I'm happy, I like to think so. 
...But there's always that mystery of ruin

Buses Are As Relative As Humanity

We always tried to explain. Coincidences, future, accidents, reasons, thoughts, life. We always tried to explain.
Is there any location around your brain where I can find any subjective answer of why thousands of noises run through my vains? Is there any coexistential crisis that I'm not seeing? 


I was waiting for the bus earlier in the afternoon; I was carrying my favorite stuff I like to get when it takes too long to arrive: chocolate, fruit juice, cereal and milk. Buses are as relative as humanity, they are always too late or too early, at a point to miss both of them. I'm never too late, or too early; sometimes I'm not even there, I'm out or in, too far or too close. Buses are as relative as humanity. 



I feel every human being had been in my position, were you know where you are and how you are and at the same time you don't really exist, you are really not there. Are you? Not, you are not. Right?

Don't be, please. Not right now.


It takes time to find out that time is out, that time is human's creation, built with their own hands and organizational thoughts of having everything anally ordered. Time must be everyone's reason to be where you are right now and know what you are right now. Time must be everyone's eyes to see the wrongness of emptiness and desolation; or at least that's what time makes me think  whenever the bus takes too long to arrive or takes nothing to arrive.




There's nothing wrong in darkness, there's nothing wrong. Sometimes, I scare my mother, or my friends, or even myself; how long a lot of my thoughts may stay in my mind, I have no idea. I tend to remember every single feeling someone caused me and every single feeling I've caused myself for sixteen years now, I can't help it. Feelings are colors that tender the visual eye to creation and imagination, and off course my treat for the new society that surrounds me.  So, there's nothing wrong in darkness. It might be in hate, or in jealousy; but that's not darkness. That's human selfishness, one of the most horrible qualities that we happen to have, one of the most hard thoughts that we happen to keep through a lifetime until we die, if it doesn't kill us first.



Humanity is as relative as the buses. I wish waiting for the mystery of after life didn't took that long, or that fast. A frustration of a composition in my mind tells me I should express death in a inexistent reality, where I can play God and agree with each individual and their desire of how long they want to stay here, that way people who really want to experience and live the fullest wouldn't get terminal diseases and those who really don't care, could just come with trust and illusion to give them the opportunity to open the doors to the after life. After all, if I play God, I would know for a fact what is next. I should express death in a inexistent reality, like a film. 



A film in my early 20s of love, hate, death, desire, illusion, work, war, dreams, animals, men, women, huge buildings, food, sea, space, science, religion, selfishness, jealousy, relativism, objectivism, subjectivism, activism, emptiness, lightness, darkness, pain, murder, colors, music, composition, life, death, reasons, fear, enjoyment, confusion, time, time, time, time.

Parafraseando a Muapassant




"Hay rostros cuyo encanto nos penetra y nos domina bruscamente, invadiéndonos, conquistándonos de pronto. Imaginamos que aquel hombre o aquella mujer es el o la que debe hacernos felices, que sólo nacimos para quererle y adorarle. En aquel momento sentí esa extraña sensación, esa violenta sacudida que nos dice: el único, el deseado."




Y no es por deber o necesidad el hecho de hacernos felices; tampoco encaprichamiento mortal. Es la reacción del cuerpo, aquella emoción que despierta y destella chispas capaces de encender mil ciudades e iluminar cientos de atmósferas perdidas a millones de años luz. Son todos esos intentos fallidos de plasmar en palabras tus ojos color marrón y tus labios sabor a ilusión y pensar que la distancia no ha de ser tan larga si vos y yo nos ocultamos en el tiempo inexistente pues un día hemos de volver y disponer todos aquellos ósculos que fueron guardados para procurar todo el amor que se ha demorado.




Nada

Nada.

Nada hay en tierra, cielo o infierno. Hablemos en diminutivo cuando se sienta un poquito la vida y su peso porque si no es a diario, esos "de vez en cuando" terminan siendo la pequeña condena de nuestras cabecitas.

Cuando todo suena como reflexión, tú pasas por mi cabeza, sí, pasas por mi cabeza. Te amo. Pienso que te amo, o que te quiero de vez en cuando, y en vez de reflexión, termina siendo los factores científicos del por qué has de provocar tanta endorfina en mi individualismo, o del por qué has de provocar tanto romanticismo en mi visión estética. 
Después de que pasas por mi cabeza, todo lo diminutivo se disuelve en el viento junto con muchos otros recuerdos, como de esos donde creíamos que los diagramas de Behn eran una pérdida de tiempo, o por qué no lo vimos antes aquel día del año dos mil ocho, dónde tú fuiste mi persona y yo fui la tuya, tomados de la mano en el Centro Histórico de Chihuahua, o por qué la distancia nos hace imposibles en todo sentido.
Tanto tiempo absoluto para terminar en lo mismo, en nada conmigo y en todo contigo. 

Nada.

Nada hay en tierra, cielo o infierno. Creo han de existir historias que deberían ser contadas, y otras guardadas para mantener lo poco que queda de la sensibilidad humana. Jamás había percibido tanta soledad de un hombre ya de edad. Músico toda su vida, de blues para ser precisos. Hombre de negocios, viviendo en un departamento lujoso en una area hermosa en la ciudad de Chicago; coleccionista de aquellos radios construídos en los 20s, 30s, 40s y 50s... que se descontinuaron por crear cancer de garganta a aquellos que los construían. Colección única, por cierto. Algo ha de encontrar qué hacer, aquel hombre artista, músico y perdido. Menciona mucho a su hijo, y empiezo a creer que su hijo ya no está, no lo está como no lo está Abbi o Miles o Ebert o Les Blank o muchas otras personas que han contribuido al mundo de forma única.
Tan artista, modesto y honesto. Quisiera poder hacerle compañía, pero qué sé yo de compañía, si la mía misma no existe conmigo.

Nada. 



 
Hay una página en blanco para mañana, pasado y en un año.
Existes quizás en una palabra, o en miles de oraciones, 
existes quizás en una expresión, o en miles de acciones.

Hay una página en blanco para escribirte, dedicarte o despedirte.
Existes quizás en una lejanía, o en miles de mujeres,
existes quizás en una opción, o en miles de exclusividades.

Hay una página en blanco para decirte:

Que por más que quiera, por más que pueda, 
amarte siempre es liberarte. 

No Importa el Cielo

No importa el cielo si te quiero. 

Caiga nieve, lluvia o meteoritos en Rusia, no importa el cielo si te quiero.

Se esfume el día, la noche, las tardes nubladas, la luz, la oscuridad, el granizo en exceso; no importa el cielo si te quiero.

Féminas Gimiendo

El metro huele a funeral.
Estás loca, Mariana. Estás cabrón.
Siempre caminas y ves las huellas plasmadas
y congeladas de las pequeñas ratas del cielo,
que aparentemente siempre cagan en el momento
exacto de aquellos pensamientos veiledosos.

El metro sigue oliendo a funeral,
hay pedazos de papas fritas en el suelo,
gente obesa comiendo KFC,
un vagabundo hablándole a su amigo invisible,
que ha muerto por sobredosis de heroína.

Y sales en tu parada,
y un negro te sigue
y volteas
y te asustas
y te grita
"I'm not following you, fucking bitch"
y saltas
y caminas rápido, pero con cuidado
las calles están congeladas que
una vez cayendo al suelo,
tu espalda queda marcada

Calla tu vida en el extranjero por un momento, Mariana.
Alguien te acaba de asegurar que todo lo que tocas muere, Mariana.
Supongo que ahora, tendrás que tocar los resentimientos
el odio y los recuerdos, Mariana.
Para que así
fallezcan y ocupen su vida en pensar en ellos mismos
y dejen la vida ajena ser vivida, Mariana.
Aprende, Mariana.
Ignora, Mariana.
Acepta, Mariana.

Están locas, Mariana.
Estás loca, Mariana. Estás cabrón.

El metro, sigue oliendo a funeral. 
Descansen en paz los malos deseos.

Ustedes no existieron en vida para vivir verdades inherentes.

Yo no existí para justificar las decisiones ajenas.



Árbol seco, café y deshojado. 

¿Qué es real?


Podría inventar mas de mil epitafios para la muerte de nuestro corazón persistente. Si quieres, podemos enterrarlos juntos, quizás así algún día aprendan a estar y a quedar; como lo plasmado de un mero recuerdo jocoso lleno de una noción cálida, o el llano de nuestro seto que ocupa el centro de nuestra antitética forma de percibir el cariño que se aleja.


Obviamos, rehuimos, soslayamos, eludimos, escaqueamos, toreamos
Lloramos, gimoteamos, suspiramos, sollozamos, gemimos, plañimos
Escapamos, abandonamos, ahuyentamos, escabullimos, fugamos, huimos

Siempre huimos, cariño mío. Yo, tú, él, ellos, aquellos. Siempre huimos. 

Los epitafios se extienden a lo perenne.



Hello there,
I’m quite sure that there’s no pain in your world, that now, everything is free and beautiful and peaceful. I’m sure that you are able to spend all your time with everyone you ever loved and everyone who ever loved you. 
You probably already know, how many people are missing you and how much work will cost us (the ones still living in the Earth dimension) to stop feeling sadness for your absence, but you also know that is temporary, that we’ll find you in the wind: whenever we get so closed minded and we need to take a breathe; in the moon: whenever we need to look through darkness, you’ll light the moon to watch our path; in creativity: you’ll be the thousands of reasons why people will start creating more often; in strength: you are the motivation of why people should stand for themselves and fight the imposible; you are here, and there, and there; you are everywhere, you are in life, in a smile, in a sense of truthful spirituality.
For this, I want to ask you one last thing… Since you left, I’ve been having so much trouble sleeping, I can’t stop thinking in your physical absence, I can’t still believe you are not here. Please, send me a sign that you are ok. I miss you, my dear friend, I really do.
Sincerely,
Manis
(Abbi, April 7 1991- December 24 2012)