Y si digo “lo lamento” no es suficiente, es un castigo que atormenta día a día mi mente, mis recuerdos.
Y si digo que la vida, inexistente, pone en riesgo mis emociones, entonces, mis momentos más vivaces no son reales; ni tampoco él, que ha logrado amar, ni tampoco yo, que intente amar.
Y si digo y aseguro que mis sensaciones, antes táctiles, ahora no pueden definir sinceridad, ni tampoco libertad. Entonces ¿qué ha procedido ahora ¡oh! vida humana que presentas dificultades y pocas opciones para lograr revivir después de haber muerto?
¿Qué has querido lograr con mis errores, mis consecuencias y mis tristezas?
Y si digo que ahora que me he despedido, que en unos meses estaré en otro país; ¿todo podrá cambiar?

No hay comentarios: