Hemos sentido el enojo en su mayor auge, celando cualquier cosa relacionada con vos, celando lo que os caracterizaba como pareja vívida.
Hemos aprendido a despegar el enojo tocando, besando, quemando el suelo mientras dibujamos un ocho con lo que resta de vuestras cenizas.
Hemos atacado con miradas que no se olvidan y con heridas que ni las cicatrices dejan de arder.
Hemos logrado el fin de un cielo y el comienzo de lo que ahora llamamos el infierno de vuestros recuerdos.
-.” Compás, compás” vos repetís ”¿Recordás los pasos?“
-“Tan simples son, que son como si fuesen caminando por el recorrido de mis líneas marcadas en mi mano” Le mencione
-“¡Mal, mal,mal!” me habéis gritado, lo recuerdo muy bien.
Repitiendo los regaños de vos en mi cabeza, me digo a mí misma “esto ya acabó: vuestra furia, vuestra vejez nos ha matado”.
Tiempo: habéis matado la iniciación de un nuevo día, recuerdos de viejas alegrías ya no quedan, que se han perdido en el universo de la monotonía; que se han perdido aquel día en el que vos, me habéis enterrado con mi vestido rojo pa’ bailar.
Me habéis dejado en un tango negro, oscuro donde ni vuestros pasos más apasionados, ni los pasos más bellos lograrán sacarme de aquí; me habéis dejado sola en una caja donde mis ochos ya no marcan más.
Hemos aprendido a vivir alejados, vos en tierra y yo, yo en tu cielo porque yo que te tuve, que te tuve tanto; y vos que me tuviste, que me tuviste ayer. Se nos fue, se nos fue el corazón.
Hemos aprendido a despegar el enojo tocando, besando, quemando el suelo mientras dibujamos un ocho con lo que resta de vuestras cenizas.
Hemos atacado con miradas que no se olvidan y con heridas que ni las cicatrices dejan de arder.
Hemos logrado el fin de un cielo y el comienzo de lo que ahora llamamos el infierno de vuestros recuerdos.
-.” Compás, compás” vos repetís ”¿Recordás los pasos?“
-“Tan simples son, que son como si fuesen caminando por el recorrido de mis líneas marcadas en mi mano” Le mencione
-“¡Mal, mal,mal!” me habéis gritado, lo recuerdo muy bien.
Repitiendo los regaños de vos en mi cabeza, me digo a mí misma “esto ya acabó: vuestra furia, vuestra vejez nos ha matado”.
Tiempo: habéis matado la iniciación de un nuevo día, recuerdos de viejas alegrías ya no quedan, que se han perdido en el universo de la monotonía; que se han perdido aquel día en el que vos, me habéis enterrado con mi vestido rojo pa’ bailar.
Me habéis dejado en un tango negro, oscuro donde ni vuestros pasos más apasionados, ni los pasos más bellos lograrán sacarme de aquí; me habéis dejado sola en una caja donde mis ochos ya no marcan más.
Hemos aprendido a vivir alejados, vos en tierra y yo, yo en tu cielo porque yo que te tuve, que te tuve tanto; y vos que me tuviste, que me tuviste ayer. Se nos fue, se nos fue el corazón.
1 comentario:
Me gusta que acompañes tus palabras con un tango cantado por Gardel, así como cuando en un anterior post esta presente la música de Sufjan Stevens. Habla de una amplitud de criterio y de apertura espiritual.
Un placer visitar tu guarida.
Un abrazo.
Luis
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