Y toda la vida soñaste con dejar éste lugar donde te encuentras sentada en este preciso momento; soñaste con dejar tu cocina, tu familia, tu habitación, tu vida, tus juguetes viejos y empolvados; soñaste con subir a un avión y tener la idea de jamás regresar a un hogar que duró por dieciocho años; lo soñaste día y noche, cada segundo, cada momento. Con o sin él, con o sin ellos, solo tú en compañía de ti; no más, no menos.
Era tan sencillo mencionarlo, incluso soñarlo era simplemente, sencillo. Lo que no te percatas es de lo grande y complicado que es decir adiós de un momento a otro, no percibes lo importante que son esas personas que perduraron aunque sea cinco minutos en ti, que pasaron por tu mente, que te compartieron algo, que te besaron, que te abrazaron, que te odiaron, que te amaron….
Soñaste muchas cosas desde hace ya siete años, cosas que conforme el tiempo van cambiando, evolucionando a favor de cada suceso que afrontas para llegar simplemente a un final que se transforma en un inicio de otra novela realista.
No cuentes más el tiempo, día a día se acerca más. Disfruta a diario lo último que queda en este lugar, para que cuando sea hora de partir, te sientas orgullosa de la fortaleza que se necesita para alejarse de tu viejo mundo.

No hay comentarios: