El Finito del Cielo Bastardo


Se sale el ánima a rondar por el clima frígido, se sale y escupe, escupe el cielo pérfido, escupe el cielo leal; la bóveda celeste, molesta dice: "El ánima no es materia, ni cuerpo, ni masa. El ánima no es fotosíntesis, ni se crea, ni transforma, ni vive. No se encuentra en las entrañas, ni en el entretelas, ni en el seso, ni en tu hermano o hermana, ni en tu madre o padre, ni en tu pareja, ni en tu perro o gato, ni lagarto. El ánima es solo subterfugio a los sucesos que descontentan el interés propio."

El ánima al final, escupió más por cabrona.

Buenos Aires

Si las acciones van con resultados a afrontar quizás los impulsos sean irremediables para crear maniobra y obrar fuera de lo uniforme y rutinario. Obrar al lance y a la peripecia intencionadamente y tropezar con gazapos, es la mera intención de sentirse ilimitado; extraviando fuera de la mente humana las cantidades monetarias a pagar. Por ello, quizás (y digo quizás porque las cosas surgen, surgen
 y se esfuman al coexistir con el viento), quizás exista el por venir de un periplo a su sur en su temporada invernal, para desahogar y ventilar el seso saturado de tanta humanidad ubicada en mi pueblo. Lo tendré informado, pues las decisiones son como la ruleta rusa, no se sabe, hasta que se sabe; y una vez ya sabido se enferman de fibrodisplasia osificante progresiva y no cambian en lo absoluto.
Lo amo, vida.
Lo amo como esos momentos de completa redención, como la primera lágrima de lejanía y perdón; y entiendo.
Entiendo que caminos tan simples no llegan ni mañana, ni en meses ni en años. Y que anhelos como sueños, a veces no valen tanto. 
Lo amo, vida.
Lo amo como esos periquetes de inocencia, como la vida que me enseña a aprender y sentir y llorar y descubrir y entender.
Lo amo, vida; y entiendo el tiempo de dejarlo partir.  
El amor es como la fibrodisplasia osificante progresiva, petrifica el corazón hasta hacerlo duro como un hueso. Pero e aquí cierta certeza: los huesos también quiebran.

Roll the Dice by C. Bukowski

if you’re going to try, go all the
way.
otherwise, don’t even start.

if you’re going to try, go all the
way.
this could mean losing girlfriends,
wives, relatives, jobs and
maybe your mind.

go all the way.
it could mean not eating for 3 or 4 days.
it could mean freezing on a
park bench.
it could mean jail,
it could mean derision,
mockery,
isolation.
isolation is the gift,
all the others are a test of your
endurance, of
how much you really want to
do it.
and you’ll do it
despite rejection and the worst odds
and it will be better than
anything else
you can imagine.

if you’re going to try,
go all the way.
there is no other feeling like
that.
you will be alone with the gods
and the nights will flame with
fire.

do it, do it, do it.
do it.

all the way
all the way.

you will ride life straight to
perfect laughter, its
the only good fight
there is.
Escuchar la voz de un viejo señor o continuar la vida con migraña no quiere decir que existan brotes de esquizofrenia. Por otra parte, conversar con la voz de un viejo señor, me hace querer escribir un poema, o una carta o un cuento y que ese poema, o carta o cuento diga lo mucho que te quiero: como un niño que anhela un juguetito, o aquel árbol que anhela lluvia, o el ruido que ama el silencio, o como la vida que sueña tu lado tierno, o el sol que cuida de corazones fríos.

La voz de un viejo señor, me recuerda al amor que existió.



96 horas de calvario.

Soltar El Día En El Que Se Toma La Decisión De Escribir Un Título Tan Largo Como Este, Con Mayúsculas A Lo Absurdo


Encuentro mi persona aquí (...o fuera), mi cuerpo como objeto no tiene frío;



pero mis manos,
mis manos se congelan. 

No se tiene que recapacitar dos veces para percatar que la mente tiene dos lados

Uno: Donde se abren los ojos

Dos: Donde se cierran

Suelto el día en el que se toma la decisión de escribir un título tan largo como ese, con mayúsulas a lo absurdo. 
Recuerdo los días azul claro, cada paso en pantuflas que ella daba para llegar a su pequeño monedero de viejita. Me compró nieve del camión de paletas, más de mil veces, seguramente. 

Y aún así creo en que mis recuerdos son ficticios. Que mi cuerpo y vida es ficción. ¿Acaso he sustentado siete mil trescientos días de puras venturas espectrales?
Mi juicio se atemoriza por las noches, a veces creo que mis palabras son un tipo de tisú que acaricia el motivo de abandono y que cada lágrima caída al suelo es un espectáculo del calvario humano. El convite de la existencia es brindar el veredicto del ocaso que dictamina cuán contradictorio es respirar cuando todo sobrelleva a la infamia de pretender olvidar a tu mejor amiga, o al afecto de aquel lastimado, o al mismo presente.  
No me encuentro en otro País, no me encuentro en México, no me encuentro en China, Finlandia, Bélgica, Francia o Nueva Zelanda.
No me encuentro en ningún lado.