Este día será memorable porque lo he escogido para que sea una figura, invisible que no tiene nombre. Encontrará una sola razón para poder recordar que este día, “el día”, será el más notorio por el resto de sus días.
Hoy encontrará que existe una penuria donde no sabrá exactamente qué es en realidad. Existe cierta probabilidad que en “el día” piense que se convertirá en el mejor, pero lo que usted no sabe es que será nocivo para ella, oscuro para usted e innecesariamente doloroso porque la ha hecho creer que ella es suficientemente capaz de no dejar que le afecte absolutamente nada.
Usted mismo no sabe qué pasa precisamente, nunca supo ser exacto.
Se muestra harto, sensible y enamorado; pero lo que no cobra aun sentido es el observar que usted sigue siendo influenciado por las sensaciones que solamente le afecten a usted, y a nadie más. No puede mostrar empatía ni cariño, delimitará sus amistades, dejará el pasado correr por delante y el presente lo dejará para aprovechar el gobierno sobre aquella mente débil, porque esa mujer caerá infinitamente cada vez que a usted le plazca a pesar de haberla dejado de buscar.
Es en ese mismo instante usted hace una pregunta a sí mismo, que hace mucho debió hacérsela y lo hará de esta forma: “¿Acaso ella no notará que dejó de ser la persona más importante para mí?”, y es cuando las personas saben obviamente que su acida despedida mostró la lejanía que causó en esa mujer de ojos grandes, y que tan claro como el agua, sí notó la rebeldía de sus comportamientos, y sintió que las oportunidades se desperdician a diario tal y como usted se responde a su propia pregunta al momento exacto de haber terminado de preguntarse esa pregunta.
No se sienta harto, ni molesto, de estar con personas en las cuales usted ha llegado a desconocer. Es su culpa, muéstrese culpable porque es quizás el camino, su camino, que se parte en dos para intentar averiguar si seguir su propio camino o ayudar a las personas que le rodean a que le recuerden la réplica del por qué ella era “su persona”.
Ambos caminos son indudablemente desconocidos y cualquiera, el que usted escoja, le causara una lagrima correr por sus mejillas aunque sean totalmente invisibles como usted y su presencia con la de ella.
Todo será un éxito, un éxito porque a demás de usted, sus espectadores podrán converger un sentimiento con más de doscientos sinónimos y antónimos que al pronunciarlos usted y los demás se les quebrantarán un nudo en la garganta.
Los besos, le atontan, él toma la mano de su mujer que no ha visto desde hace un año seis meses, y ambos intentan desaparecer. ¿Cuándo? No lo sabe. Pero al reencontrarse se desvanecerán y se formará un nuevo significado de necesidad.
Hoy encontrará que existe una penuria donde no sabrá exactamente qué es en realidad. Existe cierta probabilidad que en “el día” piense que se convertirá en el mejor, pero lo que usted no sabe es que será nocivo para ella, oscuro para usted e innecesariamente doloroso porque la ha hecho creer que ella es suficientemente capaz de no dejar que le afecte absolutamente nada.
Usted mismo no sabe qué pasa precisamente, nunca supo ser exacto.
Se muestra harto, sensible y enamorado; pero lo que no cobra aun sentido es el observar que usted sigue siendo influenciado por las sensaciones que solamente le afecten a usted, y a nadie más. No puede mostrar empatía ni cariño, delimitará sus amistades, dejará el pasado correr por delante y el presente lo dejará para aprovechar el gobierno sobre aquella mente débil, porque esa mujer caerá infinitamente cada vez que a usted le plazca a pesar de haberla dejado de buscar.
Es en ese mismo instante usted hace una pregunta a sí mismo, que hace mucho debió hacérsela y lo hará de esta forma: “¿Acaso ella no notará que dejó de ser la persona más importante para mí?”, y es cuando las personas saben obviamente que su acida despedida mostró la lejanía que causó en esa mujer de ojos grandes, y que tan claro como el agua, sí notó la rebeldía de sus comportamientos, y sintió que las oportunidades se desperdician a diario tal y como usted se responde a su propia pregunta al momento exacto de haber terminado de preguntarse esa pregunta.
No se sienta harto, ni molesto, de estar con personas en las cuales usted ha llegado a desconocer. Es su culpa, muéstrese culpable porque es quizás el camino, su camino, que se parte en dos para intentar averiguar si seguir su propio camino o ayudar a las personas que le rodean a que le recuerden la réplica del por qué ella era “su persona”.
Ambos caminos son indudablemente desconocidos y cualquiera, el que usted escoja, le causara una lagrima correr por sus mejillas aunque sean totalmente invisibles como usted y su presencia con la de ella.
Todo será un éxito, un éxito porque a demás de usted, sus espectadores podrán converger un sentimiento con más de doscientos sinónimos y antónimos que al pronunciarlos usted y los demás se les quebrantarán un nudo en la garganta.
Los besos, le atontan, él toma la mano de su mujer que no ha visto desde hace un año seis meses, y ambos intentan desaparecer. ¿Cuándo? No lo sabe. Pero al reencontrarse se desvanecerán y se formará un nuevo significado de necesidad.
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