No me he visto necesario emperifollar mi vestimenta física e interior, pues aunque perpetua sea, es lo que me traza el día de hoy.

Mi cadáver exquisito, se ha quedado en un ataúd


Durar más de cinco minutos intercambiando pensamientos en ese reflejo de aquel espejo, no es la mejor manera de dejar un pasado atrás. ¿Cómo seguir adelante contigo? ¿Cómo seguir adelante si siempre se ha quedado aquel freno estancado? Nunca avanzamos, nunca tuvimos un momento adecuado.

Adecuado, como aquel momento de lluvia y de calor. Calor, como el que quema tu piel; piel que se deja acariciar por nadie.

Nadie da pasos que son delante y no atrás, atrás donde la vida se había vuelto fácil, fácil porque ahora no has entendido que debemos ver por nuestro cuerpo sólo. Sólo porque así, todos los días lo hemos decidido; de tal forma que el paradigma que nos hemos plantado se presente solo en aquellos sueños muertos. Muertos porque el volver, no nos hace volver a nacer; nacer para vivir, vivir para contar, contar para dejar… dejar para enterrar.

Enterrar aquel espíritu que nos hizo lo que en este momento somos, somos pues, el sabor de un vino viejo, si bien no recuerdo… es quizás un vino viejo del año mil novecientos treinta, treinta porque pasamos más de treinta días, días como el cincuenta o el doscientos tres, tres como las tres veces que intentaste, intentaste y jamás me dejé.

Mi nuevo Las dice son, porque te quiero (Chicago)


Las doce son porque te quiero, ni un río muerto, ni la palabra “marcubo” (que no existe) puede decidir lo que la noche hacía aquella vez que rondabas en zapatillas rojas por aquél callejón que te dejó sin ninguna salida. Ha estado frío, tanto que el lago se ha mantenido congelado; tus lágrimas, tu voz, tu sensación es nada comparado al ruido natural que aumenta radialmente por tus alrededores, pues no es que no te encuentres, ni tampoco que no te escuches, ahí estás mírate bien. Ahí estás recostada entre aquellas olas de colores agrios como el ocre o el naranjo, que crujen cada vez que son aplastadas y se vuelven sumisas a esa espuma helada. Ahí estás, quizás en un bajel, o quizás en un forcaz, o tal vez, solo tal vez… estás recostada sobre aquella bóveda celeste que por cada coyuntura del tiempo no habías logrado completar.
La una es porque te quiero, ni el tacto más fino, ni la confusión (que hoy siento) puede definir lo que la noche hacía aquella vez que te encontrabas dentro un eco perteneciente, que dejó mil y una noches perturbando lo que tu futuro enigmático significa y significará hasta ahora. Ha estado como debe de estar, sin lamento, sin voz, sin frío, sin mirar lo que el oído ha hecho por ti, observando cómo pasa un sonido a veces fuerte, a veces grave y a veces oscuro, quizás tiene forma, sí, una forma que tal vez, solo tal vez… sea en forma de la letra “u” pero como tiene forma, quizás, solo quizás… tiene color, y es tal vez, un color azul.
Las doce son porque te quiero, ni uno ni dos ni tres… ni cuatro llegan a doce, las doce son porque te quiero.
Here, Im giving the best of me.



Are you giving the best of you?


I love this place. I do.
Según mi profesor de Fundamentos del Portafolio "tengo muchas pelotas por venirme sola a donde estoy"

Una primera vista de los sueños que fueron sueños despiertos, una primera sucesión de lo que debió de ser hace ya mucho tiempo. No es la necesidad de soledad, ni la necesidad de alejarse; uno se ausenta porque quiere, otro se ausenta porque es aventura, es locura y por lo tanto uno siempre terminará saliendo de su propio nido de aves mientras vaya decisivo a todo lo que le haga irradiar una sonrisa.
Yo sueño ahora que todo valga lo que vale para mí este instante; yo sueño ahora que todo se acomode como se acomodó mi mundo; yo sueño que los sueños no solo sean memorias imaginarias; yo sueño por ti y por ti, y por ti y por ti porque "la vida es sueño y los sueños, sueños son." -Calderón de la Barca
La perspectiva cambia completamente.

...sí es difícil