Summer's almost gone
Summer's almost gone
Almost gone
Yeah, it's almost gone
Where will we be
When the summer's gone?
Morning found us calmly unaware
Noon burn gold into our hair
At night, we swim the laughin' sea
When summer's gone
Where will we be
Where will we be
Where will we be
Morning found us calmly unaware
Noon burn gold into our hair
At night, we swim the laughin' sea
When summer's gone
Where will we be
Summer's almost gone
Summer's almost gone
We had some good times
But they're gone
The winter's comin' on
Summer's almost gone.
Verde es vida.
Juventud, el éxtasis donde sumergen el romanticismo a su máximo esplendor; pero con el tiempo, se olvida.
Se ha olvidado el tiempo donde se luchaba por recordar detalle por detalle porque se cree que el sentido no aplica cuando ya el amor se vuelve en odio o en rencor... Pierde significado cuando no se puede mirar ya a los ojos directamente, ni decir lo necesario para expresar lo que queda poco a poco como un pendiente que quedará sin resolver.
Qué es la vida
Dime qué es la vida después de saber que bajo tierra te encuentras y que lo único eterno ahora en mí, es saber de tu ausencia, de tus caricias que desaparecieron y de tus dulces palabras que para mí fue amor eterno.
Qué es este día, que ms ojos prometieron más de cincuenta años de locura y amor, que aún están presentes y que aún quieren, que recito día y noche la poesía que te enamoró, y cómo tus bellos ojos se plasmaron a mi corazón.
Qué es este día, sin tu aroma de flor violeta, sin tu dulce voz al cantar “El día que me quieras” y sin tus palabras que siempre me encerraban en un cuarto de felicidad.
Dime ¿qué es la vida sin ti?
¿Se podrá un año?
Van 75 días del año. No cruzaré alguna palabra, no dire adiós, no. Aunque me vaya, no diré adios, es un año sin palabras; me convertiré en lo que fui, tu sombra, tu mimo sin movimientos, tu nada.
Extraño ser el antes de todo, el antes de enamorarse. Extraño un lado viejo de mí, una seriedad cómica, extraño el no haberlo conocido. Para esto, cómo cambian las cosas los años.
El Primer Amor
A duras penas llegas a la aceptación de que te va consumiendo como persona, tu carácter, tu vida, tu forma de hablar, tus amistades y todo esto no mas por querer, no más porque solo tú tienes el temor de perder algo, algo que realmente aprecias, que realmente recuerdas todos los días, no mas tú te atreves a expresarte, a dar tu vida, tu tiempo, tu todo... y la mejor parte de todas es que no te importa, no te importa porque recibes una sonrisa, a veces hasta un beso… Y todo, absolutamente todo lo que diste, valió la pena, es un cambio que te lleva a las nubes, un cambio que a su final no lo olvidas y jamás lo olvidarás, un cambio que te permite temblar, llorar, reír, crecer, querer, recordar... y sobre todo amar por primera vez. Es algo difícil de enfrentar, porque muchas veces no te das cuenta hasta que a como dé lugar necesitas, vives, te obsesionas por querer lo mejor y muchas veces ese tipo de "mejor" no lo es para ti, pero como lo mencione ¡no importa! porque le quieres, le quieres, le quieres. ¡No importa! porque tu sensación hacia todo es mejor acompañada(o). Todo esto es el primer amor, todo esto y más. Mucho más.
No despiertes, si abres esos ojos tendrás que abrir la puerta, no quieras hacerlo, no traerá nada bueno.
Ellos timbrarán, tú los veras entrar; pedirán ver una película mientras se toman de las manos y tú solo los obedecerás, en especial a él...
Te querrán ver fuera de tu alcoba mientras ellos ven lo que quieren ver, lo que quieren oír, tú verás su silueta desenvolviéndose en el pasado mientras te desmoronas en el campo que se presta al salir de tu casa.
Súbete al carro, no los oigas. Son insultos no prestados para una sociedad con respeto, tampoco huyas, es una cobardía no enfrentar el pasado completamente para dejarlo ir.
Ellos te verán ser feliz y ella no lo disfrutará; pero él vaya que verá el progreso de su ausencia hacia la tuya con esa sonrisa, extrañará por un instante tu presencia entre sus brazos y sus ojos brillarán como nunca antes, te notará, te dejará ir tal y como comúnmente sucede.
El tiene razón, no soy feliz. Y no quiero serlo. No quiero admitirlo. No quiero pensarlo. No quiero llorar.
¿Por qué los que me corresponden yo lo ignoro?
Pasa que yo no los quiero. No. No los quiero porque no lo siento, y no puedo. Intento y no puedo.
El tiene razón, hablo egocéntricamente no más de mí. Y lo soy. No quiero serlo. No quiero admitirlo. No quiero pensarlo. No quiero extrañarlo.
Pasa porque si dejo de hablar de mí misma, hablo de lo que siento, y lo que siento no debe existir, no debe nombrarse porque quedo estancada en un pasado que no pasara en un futuro. Pasa que si hablo de lo que siento es peligroso para quien lo oye, peligroso para quien lo expone. Un suicido emocional que no cambiara jamás; y no hablo de inmadurez, hablo de lo que no puedes dejar ir porque no hay nada idéntico a eso, ni nada parecido y lo sabes, bien sabes que no habrá.
El tiene razón, hay puertas hacia la felicidad pero yo las cierro. No las quiero abrir. No me interesan. No vale la pena convencerme. Soy yo, siempre seré yo, quien decida cuando, donde y el por qué de mi dicha y prosperidad. Soy yo, quien decidirá si dejar el objeto perdido, si volverlo a intentar en un futuro, si vale la pena y si yo lo valgo.
A veces pienso que el objeto, siempre será para siempre a pesar de haberlo perdido.